lunes, 26 de julio de 2010

EN EL BARCO HUNDIDO NO ROMPEN LAS OLAS


Fotografía: http://www. flickr.com/


Tumbada en la húmeda arena de la orilla del mar sintió el lamido constante de las olas acariciando con frialdad sus pies. Recorrían con caricias de caracolas sus piernas intentando llegar al abrazo de su cintura en un vals impetuoso de bramidos de espuma.

La fuerza del mar rompía en su cuerpo ajustado a cada pliegue de esa arena mojada que la encallaba cada vez más en esa orilla con cada ola que venía a morir al desierto de su piel, sedienta de canciones de sal.

Con el bramido del último oleaje, decidió cerrar los ojos y sintió en su cuerpo la transformación kafkiana de convertirse en un barco de papel a la deriva en la inmensidad del océano. Escaló titánicas olas sintiéndose tan frágil como poderosa. Y es que en las crestas de las olas se divisan islas esmeraldas que el horizonte esconde en su cofre ovalado.

Aprovechando un instante de placidez del mar, su mirada pudo penetrar bajo las aguas diáfanas y sus ojos viajaron a las profundidades, al corazón del océano, robándole los secretos que esconde bajo su piel. Y es que los abismos oceánicos albergan la vida callada de tesoros que duermen el sueño de un despertar.

Divisó Ítaca en la lontananza pero decidió pasar de largo, tejer mantos de Penélopes le produjo la misma tristeza que el camino que recorre la lágrima que huye.

Su espíritu de barco de papel no tenía velas pero el viento le asió la mano y le condujo a la región de los hielos. Sin apenas percibirlo, en un instante se encontró virando entre gélidos icebergs a la deriva. La sola proximidad a estos témpanos la paralizó: entonaban ecos de silencios de ocasos. Su frágil armazón rozó la piel de uno de ellos y, tras el glacial contacto sintió una quemadura mortal. Todo el barco de papel comenzó a empaparse de un naufragio de aguas llameantes. Y se hundió desapareciendo en la frialdad de lo que no late.

Fue entonces cuando decidió abrir los ojos. Seguía tumbada en la orilla como barca varada en un arenal. Los brazos de la marea ya habían hecho un lazo en su cintura y ahora ansiaban acariciar su largo cabello. El sol que antes caía perpendicularmente en sus ojos obligándole a cerrarlos, ahora yacía con reposo en el cénit del océano. Se levantó y pudo observar como la huella de la totalidad de su cuerpo yacía inerte en la arena de la playa. Observó con nostalgia como dejaba allí una parte de sí misma, de los vestigios de su sueño, rastros de cada poro de su piel moldeados en una fina y húmeda arena, indicios de su navegar a la deriva. Pero la última ola de la tarde se posó con altivez sobre la arena borrando en un segundo la huella de su cuerpo, haciendo desaparecer horas lentas del reloj de los sueños. Y la memoria de su cuerpo naufragó como el barco de papel, borrando pistas del pasado soñado, al igual que esa noche el viento de poniente borraría las huellas de sus pies dejadas en la playa mientras se alejaba de allí bajo su pamela azul como el mar.

viernes, 16 de julio de 2010

Pedagogía para una maestra de 1914


Fotografías: Marisa Vegas

Hoy ha llegado a mis manos este libro, Notas de Pedagogía. Va dirigido a la formación de las abnegadas maestras cristianas. Fue publicado en 1914 (hace casi un siglo, nada menos ) Es una especie de Catón que enseña exhaustivamente las cualidades y virtudes de una buena maestra en esa época, y su quehacer en la escuela ( sólo de niñas, por supuesto ). Como una se dedica a la docencia (aunque no de escuela, sino de instituto), me llama la atención el tema y abriendo la primera página ya me encuentro con esto:





El autor es Monseñor Sylvain. El título del libro en cuestión: Notas de Pedagogía. El subtítulo ruega: Dirección y consejos prácticos para las maestras cristianas. Está publicado, eso sí, con la aprobación y recomendación de S.I. Monseñor A.Latty, arzobispo de Aviñón. La traducción está autorizada (ojo al dato) por editores franceses y por un Doctor. El libro fue impreso en Barcelona por los Herederos de Juan Gili Editores, en 1914.

Hojeo el libro y me encuentro que aunque ha pasado casi un siglo, hay recomendaciones muy dignas de alabar y muy ciertas que no voy a comentar porque serían obvias en una educadora (el caso de que vayan dirigidas a maestras en femenino y no a maestros en masculino ya hace que salte mi alarma). Como digo, el libro tiene contenidos cabales e incluso actuales, pero hay determinadas cosas que leo que no dejan de llamarme la atención o al menos despertar mi curiosidad. No podemos olvidar que este libro hay que situarlo en la época en que se escribió (bastante diferente a la actual, afortunadamente), y, partiendo del respeto a la época y a las creencias religiosas imperantes, selecciono los siguientes fragmentos que hacen que mis pupilas se dilaten:

Observen lo que se considera EDUCACIÓN:
La educación se adquiere sobre todo:
- Por medio del conocimiento de las verdades religiosas, insinuado dulcemente, afectuosamente
. (¿?)
- Con la práctica de la oración, con la frecuentación de los sacramentos. (Si un alumno reza ¿es más educado?)
- Con la sumisión a las enseñanzas de la Iglesia. (Poderosa palabra la “sumisión”…)
La educación tiene por base, absolutamente necesaria el conocimiento y amor de Dios. La educación no consiste en instruir sino en elevar las almas hasta la vida eterna. (¿Llevo tantos años sin instruir entonces a mis alumnos? ¡Qué fracaso, por Dios!)

Y seguimos.


Sobre la VOCACIÓN (objetivos) DE LAS NIÑAS ALUMNAS Y LAS MUJERES EN GENERAL:
Son dos: (a apretarse el cinturón…)
- La vocación a la vida en el mundo, ora permaneciendo en la familia, ora fundando una nueva familia por el matrimonio. (En casa de tus padres o en casa de tu marido, nada de irse de picos pardos solita a conocer la vida)
- La vocación a la vida del claustro, simplemente vida religiosa. Dos caminos seguros… (O te casas o te quedas para vestir santos, si ya lo decía mi abuela…)


Si no sigues alguno de estos dos caminos, pasa a definir el ilustrísimo Monseñor, en lo que te conviertes, en MUJER INÚTIL:
La mujer inútil es la que sólo vive para sí, para brillar, para gozar, para divertirse, (nuestro siglo es un siglo de mujeres inútiles por lo que veo, en que nos hemos convertido, ¡ay!), es una verdadera plaga (aquí ya se ha pasado…):
- para la familia, pues la destruye.
-para la sociedad, pues la perturba,
- para sí misma, pues es desgraciada y se conde
na
. (Si no he entendido mal, si eres feliz eres el mismo demonio, vamos).


A continuación, da INSTRUCCIONES QUE DEBEN LLEVAR A CABO LAS MAESTRAS CON LAS ALUMNAS:
- Vigilad los corredores en los cuales pudieran hallarse solas dos alumnas… (los puntos suspensivos me dejan K.O. )
- Registrad los pupitres durante la ausencia de las niñas, para ver si están en orden y si ocultan algo. (¡pero si nos abren expediente administrativo con sólo rozar el impertinente teléfono móvil de los alumnos…! El derecho a la intimidad creo que aún no se había inventado…esa será la explicación, claro)


El Capítulo III del libro está dedicado a los DEFECTOS QUE DEBE EVITAR UNA BUENA EDUCADORA. Para no cansar al lector, sólo escogeré uno de los…varios y singulares que enumera:
La educadora debe evitar el deseo demasiado ardiente de aprender y saber ( apaga y vámonos… todas analfabetas, no sea que nos vaya a dar por pensar…)



También se recrea en definir lo qué es un EDUCADOR (agradezco que esta vez no haga diferenciación de sexo):
El educador no es simplemente un maestro; maestro, sí, ciertamente, pero también padre porque ama. Es pastor, porque desempeña una misión sagrada; es apóstol, porque se sacrifica y se olvida de sí mismo para salvar almas ( vamos, vamos, y yo sin saberlo, no sólo soy educadora sino también madre, pastora y “apóstola” )


Pasa a recomendar CÓMO DEBEN ESTAR DECORADAS LAS AULAS :
Las paredes de las clases deben estar recubiertas de papel bien terso, o, mejor aún, (a ver, a ver ) deben resplandecer con una blancura algo azulada, para no cansar la vista ( ¿los alumnos no deberían estar mirando a la pizarra o a sus libros? Hoy día tiene el color de las huellas de zapatillas tras coces en la pared).


EL SUEÑO, nos dice el Monseñor, es muy importante para rendir bien, claro que sí, pero atención a lo que recomienda:
Como principio, los médicos sientan:
- para los niños, 10 horas de sueño a lo menos
, ( de acuerdo)
- para las mujeres, 8 horas, (lo normal)
- para el hombre ocupado y válido, de 6 a 7 horas (los que estéis en paro o no seáis válidos ¿? podéis dormir tanto como la mujer…uff!!)


También recomienda a las maestras sobre CÓMO DEBEN CUIDAR LA DICCIÓN DE LAS JÓVENES ALUMNAS:
Hay que acostumbrar a la niña a una pronunciación correcta, armoniosa, corregirla del balbuceo, de tartamudeo, de ceceo…corregid lo que hay de defectuoso en la palabra (para los hablantes de zonas ceceantes de Andalucía…todo vuestro…)


En cuanto a CÓMO ENSEÑAR OBEDIENCIA EN LAS NIÑAS:
Acostumbrarla a obedecer sin murmurar. Hacerle comprender lo qué es el deber. El deber es todo lo que debe a sus padres, a sus maestras, a los pobres, y, sobre todo, a Dios. (¿Qué le debe el angelito al indigente de la esquina?)



También recomienda en cuanto A LAS AMISTADES DE LAS NIÑAS:
Las amistades entre niñas pueden ser fatales; no insistimos, pero recomendamos, a más de la vigilancia, recurrir a la oración. (Roguemos por todos aquellos que hacen uso de su libertad sexual)




El libro finaliza con el visto bueno del Censor de turno, que, a buen seguro, no tuvo mucho trabajo con este libro.

Y líbranos del mal…

AMÉN.

sábado, 10 de julio de 2010

EL PARTO DEL VOLCÁN


Fotografías: Marisa Vegas , Madeira ( Punta de San Lorenzo )



El fuego del volcán moldeó el cuerpo de la isla, el agua, después, la poseyó.

Desde el acantilado las alas de Ícaro se ponían en movimiento en un deseo de abarcar bajo su plumaje el paisaje que provocaba caricias con sus curvas de lava. Las rocas aún guardaban en su interior la incandescencia del parto desde las entrañas del océano. Y ese mar lamía a besos su escultura desde cada amanecer, desde cada atardecer, desde cada mirada azul que reposaba sobre su piel de roca.

Cortes afilados que vetan playas de cuerpos desnudos, impidiendo acceder al calor de esa arena que habla con lengua virgen. Y deseo tener en mis poros las embestidas de ese océano pero el viento que trae brasas encendidas me empuja lejos de la sal de sus olas, me hace tropezar con espacios vacíos llenos de ausencias.Y diviso a lo lejos una cueva en una roca solitaria como isla, invitándome a penetrar en la oscuridad del océano. Anfitriona amable que me tiende sus brazos de mar en un camino dificultoso de piedras acuosas ofreciéndome tropezar. Paisaje agreste que juega con la curiosidad de aquél que desea penetrar en el abismo de lo desconocido, en el útero de la isla que se estremece


Y sueño y llego al interior de la cueva, y el olor a entrañas de mar me convierte en liliputiense; la ópera de olas acelera mi corazón. Mareas de peces son convertidos en colosos por mi retina, soy una escama derramada en un giro confundido. Y miro el mundo por el bostezo de la cueva en medio del océano y me encuentro que soy bacteria en líquido amniótico de placenta siempre viva.

Comprendo mi indefensión ante el poderío de la naturaleza, comprendo la fragilidad del esquife que sueña llegar a tierra, comprendo la fuerza de los músculos del mar construyendo eternamente catedrales de precipicios. Y las alas de Ícaro se despliegan para intentar llegar a tierra y aceptar con la cabeza erguida el señorío de fondos marinos vigilados por ejércitos de orillas rocosas de afiladas lanzas de escollos.

Esa noche sueño con el eco de las olas en la cavidad de esa cueva, con el placer orgásmico de hacerla mía. Pero la marea la inunda y me recuerda que sólo es amante del mar. Y me duermo entre brisas de celos de océanos que lanzan sonrisas de azúcar.

Los cantos de sirena se resguardan en grutas insólitas protegidas por espumas de acero.

domingo, 4 de julio de 2010

NAVEGANDO CÍRCULOS CONCÉNTRICOS


Fotografía: http://www.flickr.com/


Dibujo círculos
al rozar sedienta la humedad de tu piel.

El espejo de agua dormida de tu cuerpo
despierta al reflejar las caricias de mi dedo corazón,
y pinto en tus poros rectas,
paralelas,
perpendiculares,
pero la piel de tu agua se transforma inexorablemente
en figura geométrica estática,
la curva eterna que une el principio con el fin.

Cubismo de círculos concéntricos.

Y deseo penetrar en ti
con ángulos,
con rombos de afiladas curvas de trayectoria inconclusa,
con hexágonos de esquinas en penumbra
donde susurrarte cálidos secretos de manos y labios…

El cuadrado es el círculo más perfecto.

Pero el agua de todo tu ser
sólo me permite dibujar círculos,
concéntricos,
perfectos,
idénticos,
que se alejan despacio en el crucero de días y noches,
velero con estructura circular
que retorna siempre al génesis.

Y sumerjo mi caricia en la laguna de tu corazón
esperando la magia de poliedros,
y retornan, sin fin, fantasmas de ondas circulares
cuyo radio se expande hasta el infinito
hasta la nada.
Y deshago afanosa las curvas que no avanzan,
con alas trémulas de mariposa,
y cuanto más deshago, más circunferencias emergen.

Y nuestra física se perpetúa en círculos concéntricos,
que se rozan, que se cruzan,
próximos pero lejanos.
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