Fotografía: Marisa Vegas
La 3ª parte de este Diccionario de la Lengua Castellana de 1895 está dirigida a aspectos EDUCACIONALES, PROFESIONALES, RELIGIOSOS, POLÍTICOS y LINGÜÍSTICOS. No pretende ser un análisis exhaustivo ni academicista ni ideológico, sino simplemente una mirada superficial y curiosa hacia ciertos términos dentro de una inevitable subjetividad propia.
Sentí curiosidad por cómo se definía en 1895 la educación:
EDUCACIÓN: La crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y jóvenes. (Conviene apuntar que en 1895 solo había 50 institutos de Secundaria en España a los que exclusivamente acudían los hijos de familias ricas. El diccionario de la RAE actual mantiene literalmente esta acepción, aunque la hace extensible a otras edades pero sin especificarlo. La educación no solo es exclusiva de la infancia y de la adolescencia sino debe ser un camino continuo a lo largo de nuestra vida para acabar, como decían los ilustrados del siglo XVIII, con las lacras sociales y hacer que la sociedad y el país progrese.)
Alumnos de una Escuela Mixta de 1895 en Argentina
Veamos, dentro de esta educación, qué papel desempeñaban el maestro y la maestra (no se hacen sinónimos en este diccionario):
MAESTRA: La que enseña un arte, oficio o labor, particularmente a las niñas. (¿No eran aptas esas maestras para enseñar a hombres? No voy a rizar el rizo, que tampoco se trata de eso, y me sitúo en 1895, donde la mayoría de las escuelas en España no eran mixtas; de hecho, los institutos públicos de Enseñanza Secundaria de nuestro país no se hicieron mixtos hasta hace relativamente poco. Curioso que la RAE actual, mantenga esta definición tan obsoleta con los tiempos que corren, aunque apuntilla que está en desuso.) // La mujer de cualquier maestro. (Rentable matrimonio para la mujer que se casaba con un maestro, ya que sin oposición, obtenía el título de maestra. La RAE mantiene esta acepción.)
Alumnos en clase, 1911.
MAESTRO: “De escuela”: el que enseña a leer, escribir, contar y los fundamentos de religión, moral y otras materias. (El pobre maestro que lo enseñaba, todo, incluida la obligatoria religión católica, como mejor podía, sabía o le mandaban. La RAE actualmente ha suprimido esta definición general por la de Maestro de primera enseñanza: persona que tiene título para enseñar en escuela de primeras letras las materias señaladas en la ley, aunque no ejerza. Como se puede apreciar, se elimina de esa enseñanza la religión (aunque tuvieran que pasar muchos años después de la Guerra Civil española, para que esto fuera cierto…) No se le otorga el título de Maestro porque esté casado con una maestra, como veíamos en su forma femenina).
Manual de la Ciencia de la Expresión del Rostro (reconocimiento de enfermedades, diagnosis y prodiagnosis), de Louis Kuhne, de 1895. Para la curación sin medicamentos.
¿Repasamos alguna profesión de 1895? Vayamos a la consulta del médico y la médica:
MÉDICO: (ojito que solo se contempla en masculino la siguiente definición) El que profesa la medicina con título universitario en el que se le faculta para ello. (O dicho de otra manera, los médicos solo eran hombres).
MÉDICA: (No nos hagamos ilusiones las mujeres por lo que puede parecer. Paciencia en su significado…) Adjetivo femenino. Lo que toca o pertenece a la medicina. (Creo que está bien claro que sexo desempeñaba exclusivamente esta profesión…)
Hospital de Antón Martín de 1895. Calle de Atocha.
Pero no crean que esto solo pasaba con los médicos, veamos para abogado/a y para peluquero/a:
ABOGADO: Masculino: el que defiende a otro en juicios. En femenino: la mujer del abogado. (¡Toma ya! La licenciatura de Derecho adquirida con un solo “sí quiero”)
PELUQUERO: En masculino: El que tiene por oficio afeitar, rizar y cortar el pelo, o hacer y vender pelucas, rizos, añadidos, etc. (atención para quién) para las señoras (¿a las señoras también las afeitaba el peluquero? ¿los señores no usaban pelucas? No me lo creo). En femenino: la mujer del peluquero. (Vamos que, resumiendo, ¿para qué iban a estudiar una carrera las mujeres si ya obtenían los títulos directamente en el altar?)
Y no sigo indagando en profesiones porque mi intuición me dice que todas van a ir por el mismo camino… ¡Ay, señor!
Pasemos a aspectos religiosos. Curiosa es una de las acepciones que se otorga al término jesuita:
JESUITA: Metafórica y familiarmente, hipócrita, solapado, astuto y diestro para sus negocios. (Por metonimia, mal parados salen los miembros de la Compañía de Jesús… quizás haciendo un repaso a la historia, entenderíamos con mayor acierto esta analogía de significados. La RAE mantiene esta acepción.)
Músicos judíos hacia 1895
También me sorprende una de las acepciones que se da al término judío:
JUDÍO: Voz injuriosa de que suele usarse cuando se está incómodo. (Vengo a entender que en 1895 era un insulto claramente, y aún estaba lejos la 2ª Guerra Mundial; interpreto sus reminiscencias discriminatorias asentadas en el catolicismo. La RAE ha suprimido completamente esta acepción que roza la xenofobia, aunque hoy en día la he escuchado en más de una ocasión como insulto hacia alguien).
Pasemos a un lugar de altas temperaturas, el infierno:
INFIERNO: El lugar destinado para el castigo de los malos. (Prometo que transcribo literalmente su definición, jeje, claramente pueril; eso sí, no se especifica si este lugar está en este mundo o en el más allá, así que ándense con cuidado esos malos malísimos. La actual RAE sí especifica que ese lugar está después de la muerte. Como lo que estoy escribiendo no es un diccionario, me permito decir que el infierno fue un rentable lugar para las arcas eclesiásticas).
Franz von Stuck, El pecado 1893
Y vayamos a aquel que tiene todos los boletos para irse de vacaciones al infierno, el pecador:
PECADOR: El que está sujeto a pecado o puede cometerlo. (Vamos, que si no he entendido mal, todos somos pecadores, tanto el que comete el pecado como el que aún sin cometerlo, puede hacerlo. Apañados vamos. Esto entra en relación con lo de la rentabilidad del infierno de la que les hablaba… Curiosamente, la RAE actual conserva literalmente esta definición).
Pasemos a otro tema, la política, veamos cómo se definía en 1895:
POLÍTICA: Arte de gobernar y dar leyes y reglamentos para mantener la tranquilidad y seguridad públicas. (Pues miren ustedes, esta definición no me parece nada desacertada si la comparo con la actual, ya que la RAE es bastante imprecisa al definir este término tan complicado; de entrada, lo de “para mantener la tranquilidad y seguridad públicas” lo han suprimido, que la RAE no está dispuesta a contar mentiras, y a cambio nos ofrece Perteneciente o relativo a la actividad u doctrina política. También, Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados. Resumiendo, políticamente correcta la definición de la RAE).
Antonio Cánovas del Castillo. Conservador que sube al poder en marzo de 1895, gobernando solo un año hasta su asesinato.
Y dentro de nuestra política, la democracia tiene un papel relevante:
DEMOCRACIA: Forma de gobierno en la que la universalidad de los ciudadanos ejerce la soberanía directamente o por medio de delegados amovibles y responsables. (Como ocurría en el término anterior, esta definición me parece bellísima y acertada, sobre todo por los términos que introduce de “universalidad” y de “responsables”. Consultando la que ofrece la RAE, se me antoja menos democrática y mucho menos hermosa, Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. Sin dudas, me quedo con la de 1895, y el Movimiento 15-M sospecho que también).
No podemos pasar por alto un término tan de moda actualmente, el de crisis, y sorpréndase con la definición que le otorga este diccionario:
CRISIS: Situación por la que atraviesa un Estado cuando han hecho dimisión todos los Ministros que forman el Gobierno, o alguno de ellos, y aún no se han nombrado otros que les sustituyan. (Sonrío al pensar en algunas opiniones que oigo en tertulias, donde se dice todo lo contrario a esta definición, que precisamente para que se acabe esta crisis, unos cuantos tendrían que dimitir. La RAE mantiene una definición similar pero no aplicada al Estado sino a un Ministerio, denominándola, “Crisis ministerial”. Juzguen ustedes cuál de las dos acepciones es más atinada con la situación actual).
El Peñón de Gibraltar hacia 1810.
Y ya que estamos hablando de política, lean la definición de Gibraltar:
GIBRALTAR: Ciudad del territorio español (…) En 1704 se apoderaron de ella (atención al adverbio que sigue) traidoramente los ingleses y en 1713 les reconoció Felipe V su posesión y el tratado de Utrecht. Es la antigua Calpe. (El autor del diccionario se resiste a escribir que Gibraltar sea territorio inglés, y en su lugar escribe que ha sido traidoramente apoderada por los ingleses. Esto es plena actualidad, porque el Presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, en Toledo aseguró con rotundidad que” Gibraltar es español”. []Felipe V tuvo gran culpa en ello ya que cedió Gibraltar y Menorca a los ingleses, a cambio de mantener su corona).
Cerremos este apartado de política con el término falangista y su significación en 1895. Obviamente la Falange española aún no había existido pero observen su significado que la actual RAE ya no contempla:
FALANGISTA: Mamífero de la familia de los falangístidos, suborden de los trepadores (…) Sus caracteres principales son: la pupila redonda, las orejas grandes, el cuerpo esbelto y la cola poblada de pelos largos (…). Tiene el tamaño del gato, la figura del zorro y la gracia y viveza de la ardilla. El pelaje es suave (…) con reflejos leonados en el lomo (…) (Trepador, gato, zorro, ardilla, león… ¿algún parecido con su significación en el siglo XX? Me resulta curioso que en el diccionario de la RAE de 1931 sí se contempla esta definición, Mamífero marsupial de Australia, del tamaño de un gato y semejante al zorro por su figura. Pero a partir de esa fecha, la de 1931, los diccionarios posteriores de la RAE desechan esta acepción y la suplen por Perteneciente o relativo al falangismo. Sería interesante saber la fecha exacta en la que los falangistas dejaron de ser mamíferos marsupiales para convertirse en otro tipo de mamíferos…)
En cuanto a aspectos lingüísticos, de las tres lenguas que coexisten con el castellano actualmente en nuestro país, ni el gallego ni el catalán son recogidas en este diccionario como lenguas, aspecto que me extraña porque el Romanticismo, ya superado en esta época, aumentó notablemente los nacionalismos a través de dos movimientos, el Rexurdimento en Galicia, y la RenaÇencia en Cataluña. Solo el vasco, denominado vascuence aparece denominado como tal:
VASCUENCE: Idioma vascongado. (Obsérvese que no se le denomina “lengua” sino “idioma”. Habrá que esperar a que en 1978, la Constitución española reconozca al vasco, catalán y gallego lenguas cooficiales en sus respectivas comunidades autónomas). // Lo que está tan confuso y oscuro, que no se puede entender. (Esta acepción también la conserva tal cual la RAE, quiero entender que es por la complejidad del euskera, y de ahí su extensión a término coloquial).
Glosa de San Millán de la Cogolla con frase en euskera
Siguiendo con algún aspecto más que atañe a la Lengua, veamos lo que se consideraba como culto:
CULTO: Se aplica al estilo culto y correcto (¡en la definición incluye lo que se define, “culto”! Puedo comprender esto en los exámenes de mis alumnos de secundaria pero es increíble en un diccionario.) y a la persona que habla o escribe con pureza o corrección. (Vamos a ver, que aquí hay mucha miga. Por un lado, una persona puede hablar con pureza y corrección pero escribir faltas ortográficas garrafales pero será culta según esa conjunción disyuntiva “o” que aparece en la definición; y al contrario, será culta si escribe como los ángeles pero habla pegándole patadas al diccionario. Esto no me cuadra. Por otro lado, según esta definición, da igual de lo que hables o escribas para ser cultos incluso no teniendo idea de nada, el caso es que te expreses con “pureza y corrección”. Desde luego que lo único que me queda claro es que el que hizo esta definición o no era culto o le faltó incluir, además de con pureza y corrección, con propiedad).
Biblioteca pública fundada en 1895 por Rosendo Arús en Barcelona.
Y siguiendo con algún aspecto lingüísticosemántico más, pasemos al significado de ¡hola!, que en 1895 es todo menos un saludo como hoy:
¡HOLA!: Interjección que se usa comúnmente para llamar a otro que es inferior: no es frase culta por ser demasiado familiar. (Observen el valor elitista que encierra esta interjección). // Interjección que se usa para denotar la novedad y extrañeza que causa alguna cosa. (Sería sinónima de algo así como ¡Caramba! Pero en ninguna de las dos acepciones es un saludo tal y como lo entendemos hoy.)
Como en este diccionario nada es lo que parece, lean lo que significa vale:
VALE: Voz latina usada en castellano para despedirse en estilo cortesano y familiar y significa “Dios te dé salud”. (Actualmente es sinónimo de “Sí”, en 1895, en cambio, era sinónimo de “adiós”).
Y hasta aquí esta 3ª parte. No pensaba hacer otra más (lo llevo diciendo desde la 1ª) pero hay cuestiones que se analizan y se alargan demasiado. La siguiente, será la última.
Vale.