Procesión de ánimas en cementerio de Zamora
Fotografía: J.L. Leal
NOCHE DE DIFUNTOS:
PROCESIÓN DE ÁNIMAS EN ZAMORA Y LA
SANTA COMPAÑA
Zamora es la única ciudad de España en la que sigue viva la
tradicional Procesión de las Ánimas,
en la que la Cofradía que lleva el mismo nombre, desfila con recorrido íntegro por el cementerio de
la ciudad la noche del 2 de noviembre,
rezando el rosario a la luz de las velas que portan. Esta celebración única
proviene del siglo XIX aunque se retomó
en el año 1962.
Macabra o devota, curiosa o religiosa, mítica o tradicional, no
deja de tener su interés cultural, social o de otro tipo, según sea el color de
la retina que la observe. En el color de la mía
-soñadora por excelencia- no
deja de aparecerse un reflejo, subjetivo y literario, de la temida Santa Compaña o “a procesión das ánimas” en
pena de la mitología popular gallega en su origen, pero también extendida a
Asturias, antiguo Reino de León (León, Zamora y Salamanca), Extremadura y parte
de Castilla.
Aunque sea a distancia prudencial,
¿se animan a acompañarme en este viaje
tras la Santa Compaña? Comencemos.
Procesión de ánimas en cementerio de Zamora
Fotografía: J.L. Leal
La Santa Compaña es una procesión
de ánimas en pena, vestidas de túnica
blanca con capucha, que a partir de las
doce de la noche recorren errantes los caminos. De “santa” tiene poco
porque su misión es anunciar la muerte,
visitar las casas en las que habrá una defunción en un periodo corto de tiempo.
Envueltas en sudarios y con los pies
descalzos, forman dos hileras y cada una porta una vela encendida. Al
frente de esta comitiva fantasmal va un espectro mayor llamado Estadea. Caminan rezando el rosario,
entonando cánticos fúnebres y tocando una campanilla.
La Santa Compaña no siempre es
visible y, teniendo en cuenta las consecuencias de un encuentro con ella, es
preferible que así sea. Pero se notará
su presencia cuando haya olor a cera, el viento se levante o los aullidos de
los perros sean lastimeros. Puede aparecerse en diferentes lugares siendo
los preferidos las encrucijadas o las
zonas próximas a los camposantos, siempre en busca de algo o alguien. Las
fechas que eligen para sus apariciones durante el año son varias, pero la
incidencia es mayor en la Noche de
Difuntos o en la Noche de San Juan.
Aquellos que lograron ver esta
procesión de ánimas y consiguieron sobrevivir dicen que suelen venir a reclamar el alma de alguien que morirá
pronto, quizás dentro del propio año. Le reprochan errores cometidos
condenándole a vagar con ellos encabezando dicha procesión. Otros aseguran que anuncian la muerte de alguien conocido
por el que ose verla o toparse con
ella. Tengan, entonces, especial cuidado si esa noche de difuntos pasean cerca
de cementerios.
Apártense de su camino si consiguen vislumbrarla a los lejos. Cierren los ojos y huyan en cuanto
noten su presencia. Tápense los oídos
para no escuchar sus cantos fúnebres. Todo cuidado es poco. Si son
sorprendidos por ella, rápidamente tracen
un círculo en el suelo con una cruz o estrella de Salomón en su interior y
entren en él. Estas ánimas no podrán rebasar el perímetro de este círculo.
En cualquier caso, no tomen ninguna cruz
que algún difunto de la procesión les ofrezca ya que inmediatamente se
condenarían a formar parte de esta comitiva. De cualquier modo, si en el
destino está escrito que deben encontrarse con la Santa Compaña, rueguen que
ese encuentro sea cerca de algún cruceiro ya que estas cruces, situadas en las encrucijadas de los caminos,
serán una buena protección contra ella.
La Santa Compaña puede tener sus raíces en diversas creencias celtas en
los espíritus nocturnos. El noroeste peninsular fue un vivo asentamiento de
este pueblo, y sus habitantes recogerían y guardarían estas creencias. La Iglesia en su empeño de monopolizar
todo, al no poder erradicar estas creencias populares profundamente arraigadas
en la población, cristianizó las
costumbres y los relatos de origen
pagano sobre el culto a los muertos. Así, apareció la idea del Purgatorio y el resto del camino de la
Santa Compaña… se lo pueden imaginar: pecadores
que murieron en pena y vagan en busca de ese Cielo prometido.
Tengan cuidado esta Noche de
Difuntos y si alguno de ustedes consigue fotografiarla,
háganmelo saber…
Mientras tanto les dejo una
sonrisa. La que les despertará este vídeo con un fragmento de la extraordinaria película de José Luis
Cuerda “El bosque animado” (1987),
basada en la novela de Wenceslao Fernández Flórez. Se trata del encuentro del
bandido Fendetestas con el ánima en pena de Fiz de Cotovelo que acabará
uniéndose a la Santa Compaña para conocer mundo...